Lo sabemos. Cuando piensas en marketing, lo que tienes en tu cabeza se parece más a unos fuegos artificiales que a una tabla de excel. De hecho, esa tabla de excel ni se te pasa por la imaginación, porque no es nada sexy. Y el marketing tiene que ser sexy. Explosivo. Llamar mucho mucho la atención. Conseguir que en cuanto tu marca haga su aparición, fuese como si Brad Pitt entrase en la habitación para iluminarla. Y oye, llevas razón. Si tu marketing hace todo eso, mal del todo no vas. ¿Pero te has asegurado también de practicar un marketing rentable?
No queremos cortarte el rollo, todo lo contrario. Pero sí queremos que te pares un momento a reflexionar sobre el tipo de marketing que practicas con tu marca. ¿Nos ponemos a ello?
El marketing resplandeciente o ‘marketing brilli-brilli’
A ver, somos conscientes de que no todo el mundo entiende qué es de verdad el marketing. Si a veces ni los profesionales nos ponemos de acuerdo acerca de lo que es o no marketing, no debería extrañarnos nada que quien no ha profundizado en ello tampoco lo tenga muy claro. Por ejemplo, nos encontramos con muchísimas personas que lo reducen al ámbito superficial y meramente estético. Y el peligro está en que muchas de esas personas se atreven a ‘hacer marketing’ sin el apoyo de un profesional que les saque de su error.
Y aquí es donde entra en escena el ‘marketing brilli-brilli’. El que se centra en los fuegos artificiales, en llamar la atención a cualquier precio y, en muchas ocasiones, caiga quien caiga. Y ojo, ya hemos dicho antes que esto no es malo de por sí. Lo malo es que haya marcas que centren su marketing solamente en:
- Seguir las últimas tendencias. Su identidad visual cambia según sople el viento de la moda, los empleados de la marca no se pierden ni un solo reto de TikTok y ya tienen tienda en el metaverso, aunque sus propios trabajadaores no saben muy bien qué venden ahí. Que todo esto tenga un sentido, es lo de menos. Lo importante es parecer moderno y encajar en el hashtag de la semana…
- Invertir lo máximo posible en publicidad e influencers. Tienen que verles mucho. No importa dónde ni quién.
- Organizar eventos espectaculares en lugares emblemáticos. Eso sí, el evento en cuestión es tan estándar que podría encajar igual para 20 marcas diferentes…
- Inventar una fachada que se ajusta a ‘lo que está de moda’, pero que no necesariamente se corresponde con la realidad de la empresa a la que representa.
Cuando el marketing se reduce solamente a esto, no es marketing. Es un sucedáneo que el 90% de las veces equivale a tirar el dinero, mientras que los resultados que ofrece en el otro 10% de ocasiones se presentan como la norma…cuando no pasan de mera anécdota. Si le tienes cierta manía al marketing, es muy probable que sea porque has visto demasiado ‘brilli-brilli’.
El marketing de verdad es marketing rentable
Vamos a ser claros. Aquí hemos venido a ganar. Y para eso, no nos basta con los fuegos artificiales. Hace falta una estrategia que haga que toda tu inversión en marketing tenga un sentido, y además, sea rentable. Esa rentabilidad puede (y debe) venir de las ventas, pero también de procesos más eficientes que te ayudan, por un lado, a ahorrar y aumentar márgenes, y por otro, a fortalecer la imagen de tu empresa en el mercado.
En muchas ocasiones, las acciones necesarias para lograr esa rentabilidad no son tan visibles como las que hemos comentado en el apartado anterior, pero son igual de necesarias. O incluso más, porque muchas de ellas constituirán la base sobre la que se sustentará todo lo demás. Nos referimos a tareas como:
- La construcción de una identidad de marca sólida, que además de tener una expresión visual esté fundamentada en unos valores, un propósito, una cultura empresarial…
- La escucha activa de los clientes que ya tienes, para identificar puntos débiles e identificar oportunidades para mejorar y convertirte en su mejor opción.
- La planificación y calendarización de acciones que sumen para alcanzar los objetivos a los que aspiras como marca. Algunas pueden ser muy discretas, como tener un detalle con tus mejores clientes, pero juntas deben servir a las metas que hayas fijado en tu estrategia.
- La formación y el establecimiento de protocolos de ventas, comunicación, atención al cliente… Porque una gran parte de la identidad de tu marca es la manera en la que tus trabajadores la representan cuando tratan con tus clientes, proveedores, etc. Asegurarse de que transmiten lo que esperas es una tarea invisible, pero de alto impacto en la credibilidad y atractivo de tu marca.
- El uso de herramientas que faciliten el trabajo diario, agilicen procesos y hagan posible un servicio más fluido y eficiente. Un buen gestor de proyectos o un CRM no solo impactan en la productividad. También lo hacen en tu marketing interno, en lo a gusto que trabaja tu equipo y en la sensación que tus clientes tendrán de trabajar con gente que sabe lo que se hace.
- La implementación de políticas internas que hablen de tus valores como empresa e impacten positivamente en las vidas de tus empleados. Si demuestras desde dentro que tus valores son auténticos, serán tus propios trabajadores quienes se encargarán de hacerlo saber de puertas para afuera.
Y sí, sabemos que este tipo de marketing no te suena tan sexy. Pero es el que necesitas para que, si quieres recurrir al brilli-brilli, éste sirva para algo.
¿Son compatibles el marketing resplandeciente y el marketing rentable?
Por supuesto que sí. De hecho, el uno no funciona sin el otro. Porque si lo haces todo muy bien de puertas para adentro, pero no lo comunicas y no te esfuerzas en remarcar lo que hace tu marca atractiva para su público, nadie se va a enterar de que estás ahí. Y al revés: si consigues que te presten atención, pero después les ofreces un cascarón vacío, no esperes que vuelvan a por más.
Como siempre, la clave está en el equilibrio. Y ese equilibrio se consigue trabajando una buena estrategia de marketing. No tienes por qué saber hacerla tú. Suponemos que tampoco sabes operar a corazón abierto y no se te ocurriría intentarlo si alguien de tu familia lo necesitara. En este caso, la mejor idea también es apoyarte en profesionales de marketing que entiendan lo que tienen entre manos. En Método tenemos unos cuantos, así que si quieres empezar a experimentar qué es eso del marketing rentable, sólo tienes que darnos un silbidito.
Gracias por leer hasta aquí. Si hay algún tema de marketing que te preocupa y quieres que hablemos sobre ello, cuéntanoslo. Nos gustará mucho dedicarte un post.
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