Nos ha pasado muchas veces. Cuando decimos que nos dedicamos al marketing, alguien arruga la nariz. Y casi se puede ver la palabra que flota dentro de sus cabezas: vendehúmos. Cuando eso ocurre, es evidente que se debe a que esas personas han tenido una mala experiencia con el marketing. Si son empresarios, les han timado con un mal servicio carente de estrategia que no les llevó a ninguna parte. Si son consumidores, están hartos de que les bombardeen con información sobre cosas que no les interesan. Y esta mala prensa, que en buena parte es culpa de malos profesionales (por llamarles de alguna manera) que no se toman en serio el marketing, es lo que hace tan necesario que exista un marketing ético.
Qué es el marketing ético
El marketing ético es el marketing tal y como debería ser. Ni más, ni menos. Si nos conoces un poco, ya sabes que nuestro propósito es ayudar a construir un mercado hecho de buenas empresas, que aportan cosas buenas al mundo y están dirigidas por buena gente. El marketing ético es nuestra manera de conseguirlo y así es como lo entendemos:
Los beneficios importan, pero no son lo único que importa
Se puede vender y a la vez generar un impacto positivo en el mundo. Uno de los casos más extremos que lo demuestran fue la decisión del fundador de Patagonia de donar la compañía a una ONG dedicada a la lucha contra el cambio climático. No hace falta llegar tan lejos, pero hay muchas otras maneras de beneficiar a las personas, al medio ambiente o a la sociedad mientras ganas dinero con lo que haces. Y uno de los objetivos del marketing ético es ayudarte a encontrar esa manera.
Coherencia con los valores reales de la empresa
Y remarcamos ‘reales’ porque el marketing ético no entiende de postureos, y el consumidor actual, tampoco. Si dices que tu marca apoya la protección del medio ambiente, debes ser cuidadoso con todas las decisiones que tomes en torno a este tema, y no nos referimos únicamente a la comunicación. De hecho, ésta solamente será la consecuencia de cómo estés aplicando esos valores en otros aspectos de tu marketing: materiales, packaging, procesos de producción, gestión de residuos e incluso la conceptualización del producto serán los que de verdad confirmen si tu marketing es honesto o estás intentando subirte a un tren para el que no tienes billete. Te hemos puesto como ejemplo el medio ambiente, pero hay otros muchos valores que pueden diferenciarte. Lo importante es que los tengas en cuenta y los apliques en todas las vertientes de tu negocio.
Respeto a nuestro público
Uno de los principales motivos por los que el marketing produce rechazo a veces es la sensación de que la marca que te está ‘hablando’ no te está tomando en serio. Hace unos meses, un ‘supuesto’ profesional del marketing se descolgaba en Instagram con una publicación en la que afirmaba sin sonrojarse que “tu público es tonto, y que tienes que decirles lo que necesita (porque por supuesto, no lo sabe) y darle todo mascadito para que ‘se lo traguen'”. Sí a nosotros también nos sangraron los ojos.
El marketing ético no tiene nada que ver con eso. El marketing ético se centra en ayudar a empresas y personas que encajan, a encontrarse para obtener un beneficio mutuo. Y lo hace partiendo de la premisa de que las personas saben lo que quieren, son inteligentes y tienen un tiempo muy valioso que no quieren perder. Esto implica, entre otras cosas, seguir los principios del marketing ético que el Institute of Advertising Ethics estableció en 2011:
- Las comunicaciones de marketing deben estar basadas en la verdad.
- Los profesionales de marketing aplicarán los más altos estándares de ética personal en el ejercicio de su profesión.
- Hay que diferenciar claramente la publicidad de las noticias o de los contenidos corporativos.
- Los anunciantes deben comunicar con claridad si están pagando (y a quién) por la difusión de información sobre sus productos o servicios (importante si trabajas con influencers).
- Se tratará a los consumidores de acuerdo a su naturaleza y características (por ejemplo, en la publicidad dirigida a público infantil)
- No se comprometerá la privacidad del consumidor. Esto implica, por ejemplo, no compartir datos de tus clientes sin su autorización.
- Los anunciantes cumplirán las leyes y estándares establecidos por las organizaciones gubernamentales.
- Las cuestiones éticas deberán debatirse abierta y honestamente entre los anunciantes, sus equipos y sus agencias antes de tomar cualquier decisión de marketing.
La Asociación de Marketing de España también elaboró en su momento su propio código ético, que también puede servirte de guía si quieres mejorar tu manera de enfocar el marketing de tu empresa. Puedes descargarlo aquí.
¿Tiene futuro el marketing ético?
No es que tenga futuro. Para nosotros, es mucho más que el futuro: es el marketing como tiene que ser, hoy y siempre.
Estamos convencidos de que cuantos más profesionales de marketing nos unamos a esta filosofía, más se valorará nuestro trabajo. Pero también estamos seguros de que si eso ocurre, las empresas que ocuparán los puestos más destacados en el mercado serán cada vez mejores y aportarán mucho más a la sociedad: mejores productos y servicios, un trato más amable y humano, mejores opciones laborales, un planeta más limpio…Seguro que se te ocurren muchas otras cosas que incluirías en el mundo en el que te gustaría vivir, y que serían más fáciles de alcanzar con la ayuda de un buen tejido empresarial.
Además, sabemos que no estamos solos. Iniciativas como B Corp Spain demuestran que esta manera de entender la empresa y el marketing es mucho más que una tendencia, y que hay personas trabajando para que, algún día, el marketing ético sea ‘lo normal’. Puedes ver cómo lo hacen en su web.
Si todo esto te resuena y quieres que tu empresa empiece a practicar desde ya el marketing ético, contáctanos. Algo nos dice que vamos a conectar muy bien.
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